La historia de las fibras químicas sintéticas se inició
en el año 1913, cuando Fritz Klatte requirió la patente para fabricar fibras
con cloruro de polivinilo. Esta petición provoco un impetuoso desarrollo en el
campo de la investigación y la economía textil. Las fibras químicas poseen
ciertas propiedades ventajosas, de las que carecen las naturales; pero hay duda
de que eran y siguen siendo inferiores a las fibras naturales en algunos
aspectos. A través de investigaciones se trata de eliminar estos inconvenientes
de producir materias primas y materias textiles cada vez más valioso. En el
campo de las fibras naturales los hilos y tejidos producidos con ellas se
tratan esencialmente de perfeccionar, lo que se logró mediante los diversos
acabados (véase también la modificación), mientras que en el campo de las
fibras químicas se procura el perfeccionamiento de las ya existentes y en
desarrollo de otras nuevas.
No hay duda de que en lo futuro utilizaremos una
mayor cantidad de artículos textiles. Este aumento se cubrirá principalmente
mediante fibras químicas y, de modo especial, con las fibras sintéticas. Estas
fibras químicas, consideradas al comienzo como sustitutos de las fibras naturales
escasas, estas en camino de desplazar, al menos en parte, a las fibras
naturales, en muchos campos de aplicación.